Nacho Criado, natural de Mengibar (Jaén), hizo arquitectura en Madrid y sociología en Barcelona, y después de su preocupación por el
reduccionismo formal y el comportamiento del material, así como por
aspectos procesales y espaciales en su obra, su trabajo se dirige hacia una
ampliación y liberación de lenguaje que le permitió adecuar de manera
abierta y precisa la idea y su realidad concreta dando con ello prioridad a
aspectos tales como la experiencia del tiempo, la identidad y la
condición híbrida de la práctica artística.
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