Buscar este blog

miércoles, 16 de noviembre de 2011

viernes, 4 de noviembre de 2011

libro objeto: base y aproximaciones

La primera acepción del Diccionario de la Academia, en su edición última, recoge la definición de libro como “conjunto de muchas hojas de papel, vitela, etc., ordinariamente juntas con cubierta de papel, cartón, pergamino u otra piel, etc. y que forman un volumen”. Desde la divisoria que traza Gutenberg, el libro está considerado fundamentalmente como texto, socialmente relevante, depósito de contenidos y cauce de ideas. El libro perdura, además, como culminación estética que hoy, en la era del apogeo de la cibernética, aún funciona (el libro digital está lejos de ser un hecho generalmente asumido). Es en ese valor “estético”, sin menoscabo de la entidad que su contenido filosófico, literario, histórico, religioso, jurídico, etc. le otorga, donde se inscribe la creación en el ámbito de la poesía experimental del libro objeto. Es decir, y partiendo de la base de la definición que hemos citado del DRAE, se trata de considerar el libro no como un mero soporte y transmisor de palabras, sino como “una secuencia de espacio desarrollado en cualquier lenguaje escrito y en cualquier sistema de signos"1, según comenta en un conocido artículo Antonio Gómez. El libro objeto es el resultado de una investigación profunda y responsable sobre las posibilidades extratextuales, materiales, gráficas, cromáticas, espaciales, e incluso táctiles, que el/la poeta experimental lleva a cabo. Evidentemente, no se trata de elaborar una escultura, aunque el trabajo se desarrolle sobre un objeto tridimensional, y naturalmente, se tengan en cuenta conceptos como perspectiva o volumen. Se trata más bien de ofrecer un “nuevo código de lectura"2, una interpretación personal, con carga ideológica y propuesta de disolución de fronteras artísticas, por lo que, no menos, se inscribe plenamente en los postulados del arte contemporáneo. Como afirma Rafael de Cózar, a propósito de la experimentación poética, “lo que se ha producido es una superación progresiva de la estética tradicional sustentada, según Bense, en objetos o situaciones bellos en sí mismos, concepto estético de carácter óntico, a favor de la estética nueva en la que se desdeña la belleza inmóvil, interna, de los objetos, para realizar la belleza a través de sus signos"3.
Pero el libro objeto no es un libro de artista, dando a entender con esto que el libro de artista es considerado como reunión de diversas disciplinas (grabado o aguafuertes y poemas discursivos, por ejemplo), o caja de proyectos donde se aglutinan postales, dibujos, fotografías, etc. en una suerte de mixtura heterogénea: así, el proyecto Caja de truenos, elaborado desde Mérida, con obra original de veinte artistas por número sobre soporte de una carátula de cinta de vídeo, y que se ha editado hasta comienzos de la primera primavera del tercer milenio. Este proyecto de carácter internacional incluía obra gráfica, pequeños poemas objeto, etc. siendo los propios autores participantes transmisores de la muestra. El proyecto Container que ha editado la Escuela de Arte de Granada es otro ejemplo. Dentro de una caja de madera, serigrafiada, y con aperturas en el anverso y reverso, confluyen poemas objeto, postales, ovillos de hilo, etc. con una factura exquisita y un tratamiento original del soporte. Otro proyecto tangencial al libro objeto, también elaborado por la Escuela de Arte de Granada, es El costurero de Aracné (I Y II), con obra original de Pere Sousa, Eva Maroto, Jo Staley, Paco Chamorro o Marlies Mulders, entre otros. En el estudio que sobre creación experimental prepara Antonio Gómez para la Academia de las Letras4, describe el proyecto de tres cajas (Tierra de encinas, Sed de agua y Brisa de alas) que ha dirigido Juan Ricardo Montaña, y que incluyen diversos poemas objeto. Robert Filliou, uno de los artistas más notables del movimiento Fluxus, crea Alfabeto, palabras sobre tableros y cartulinas preparados, con un resultado muy cercano a un libro objeto vertical, y que puede verse en el Museo Vostell Malpartida.


fig. 1


El libro objeto no incluye necesariamente un lenguaje poético, o es el menos perceptible. De este modo, para hablar del método y citando algún ejemplo concreto, Joan Brossa cuelga en una azotea de Barcelona numerosas cuartillas de papel, se supone que de un gramaje amplio, durante un invierno. Al cabo de unos meses, esas cuartillas con las huellas del agua y el granizo se agrupan y Brossa posteriormente construye en forma de libro Pluja (Lluvia). El libro objeto Octaedro de Francisco Pino está elaborado sobre la base de la perforación. Cada página troquelada con una figura geométrica diferente se suma a la anterior dando lugar asimismo a dos direcciones en la lectura, también de atrás hacia delante, y naturalmente con significados connotativos que no sobrepasan más allá del ámbito íntimo del poeta. José Luis Castillejo, destacado artífice del grupo Zaj, dispone en la página, de forma antisimbólica y antirrepresentativa, un río de letras. El libro de las cuatro figuras o El libro de las consonantes (propiedad ambos de la Staatsgalerie de Sttutgart) son, entre otros, libros objeto de este autor que, por técnica y búsqueda de la trascendencia del signo escrito como extensión más allá de su propia materialidad, se han convertido en referencia fundamental. José Antonio Cáceres, que había participado en el auge y desarrollo de las vanguardias de los años 70 en España, que había publicado en Italia, EEUU, Holanda, Alemania y que, asimismo, su nombre forma parte de los manuales de poesía visual más importantes a nivel internacional (por ejemplo, la antología de poesía concreta que publica Mary Ellen Solt en la Universidad de Indiana), crea en 1973 Unidad del mundo, un libro donde impera la investigación tipográfica de los signos sobre la vastedad de la página. Este libro supone, aunque desconocido, por estar aún inédito, un hito en la experimentación poética.


fig. 2
Orquesta de cristal de Blas Barroso (y por ceñirnos específicamente a autores que trabajan en Extremadura) está elaborado con diversas láminas de cristal que llevan grabadas frases musicales sobre pentagramas. También con esta obra el concepto de lectura es transformado. Artificio de Antonio Gómez, publicado en Ediciones Artesanas de Cuenca, es un libro que incluye una probeta, que contiene pequeños objetos simbólicos, incrustada en el centro de la página. El peso de la ausencia, del mismo autor, y publicado en Béjar por Ediciones del Sornabique, está conformado por diversos recortes donde aparece el ISBN de un número indeterminado de libros que el autor no ha leído, y que son distribuidos mediante pequeños troqueles, parecido en la forma a esos dulces ingleses que venden en las fiestas locales. Páginas texturales, de Juan Carlos Núñez, agrupa ocho libros bajo el soporte de una caja de madera en que se han insertado diversas mazas de papel caligrafiadas cuya textura ha sido potenciada y manipulada para resaltar, a un tiempo, los valores literario y táctil.

fig. 3
Proyectos de libros objeto donde han participado varios autores como La pirámide, elaborado cómo no en Mérida, construido con cubos de papel donde aparecen en sus diversas caras poemas diversos de María Victoria Atencia, Nel Amaro, José María Aranda, Ada Salas, etc., o, igualmente, exposiciones donde han participado autores extremeños como Nueve libros de artista en la Escuela de Arte de Granada, o la celebrada en la Galería Máquina Española de Sevilla, y cuyos libros objeto fueron reproducidos en el número 4 del Boletín de la AEEX (Asociación de Escritores Extremeños) en junio de 1985, sin olvidar la muestra colectiva de poesía experimental probablemente más relevante celebrada en Extremadura en los últimos años, La palabra imaginada, en la Casa de Cultura de Don Benito y el Centro de Exposiciones “San Jorge” de Cáceres, dan idea del trabajo que desde entonces sobre este soporte se está desarrollando, y cuyo alcance afortunadamente no puede ser previsto. Publicaciones como K´psula que dedicaba su número 2 a la obra de Joaquín Gómez o Congresos de Escritores, como el celebrado en Plasencia a finales de los 90, en cuyas actas se recoge el trabajo preciso, panorámico y crítico de Antonio Orihuela, ¿dónde está ya la guinda de la poesía extremeña?, que traza una acertada descripción sobre el origen y dificultades de la experimentación poética en Extremadura, aportan de igual modo elementos para cartografiar, quizá de forma aproximativa, pero no menos real, este aspecto innovador de la poesía contemporánea, y cuya influencia se observa actualmente en el trabajo diario de bastantes artistas jóvenes.


ADDENDA.-Salvo las de autores consagrados como Joan Brossa, Francisco Pino o José Luis Castillejo, el resto de obras originales citadas en esta ponencia se encuentran actualmente en el Archivo de la Biblioteca de Mérida, Centro Alcazaba, y pueden consultarse previa solicitud formal.


[1]«Del lenguaje visual al libro objeto» P.O. BOX, Merz, 2ª época, (1996).
[2] art. cit.
[3]Poesía e imagen. Formas difíciles de ingenio literario, Sevilla: El Carro de Nieve, 1991, p.48.
[4] Poesía experimental en Extremadura, Cáceres: Real Academia de las Letras, 2000, p. 222.
 
Índice de imágenes
fig. 1. La realidad. Antonio Gómez.
fig. 2. Orquesta de cristal. Blas Barroso. (Foto: Ceferino López)
fig. 3. Libro de los muertos. Juan Manuel Barrado.

Artículo publicado en Archivos y fondos documentales para el arte contemporáneo, Agúndez García, José A., Lozano Bartolozzi, María del Mar y Flores Galán, Alberto (eds.).  Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura, 2009.